El Clima de la Tundra es, entre todos los biomas, el más frio y uno de los más grandes, por el hecho de cubrir técnicamente una extensión de terreno equivalente a una quinta parte del planeta.
“Tundra” es una palabra proveniente del idioma finés que significa “llano sin árboles o terreno yermo o desarbolado”, lo que describe perfectamente a este bioma.
Para ejemplificarlo, traigamos a colación a la mayor extensión del mismo: el Círculo Ártico, el cual se encuentra alrededor del Polo Norte. Por igual se manifiesta en la Antártida Polo Sur), entre otros ambientes fríos, como gran parte de Siberia en Rusia.
Por ende, el Clima de la Tundra se extiende por las latitudes circumpolares del planeta, muy por encima de aquellas regiones donde pueden crecer los árboles de tipo bosque.
Los cambios estacionales en dichas áreas son francamente espectaculares, en especial en la estación de verano en la que se produce un grandioso cambio de paisaje en el que se fusiona la nieve con una vegetación en crecimiento y por demás evolutiva y la proliferación de animales también adaptados a dichas condiciones, siendo éstos dos últimos beneficiados por las extensas horas con luz solar que poseen dichos días.
Este bioma es el que se encuentra mucho más alejado de la línea del ecuador y, junto al Taiga (conocido también como bosque boreal de coníferas), es el más extendido por las regiones de clima frío del planeta.
Por encima de éstos se encuentran la Antártica y el interior de Groenlandia en lo que a clima más frío se refiere, al estar éstos más cercanos a los polos. Pero a éstos no se les considera bioma terrestre porque no se desarrolla vegetación alguna.
La vegetación del Clima de la Tundra se desarrolla en el verano (que es muy corto, apenas de dos meses, aunque aprovechable en su extensión lumínica diaria que permite un máximo de 10ºC)
Las precipitaciones son escasas tanto en verano como en invierno, teniendo unos 200mm de lluvia al año. El clima nevado y las heladas, predominan.
Dichas lluvias causan en verano el que los pisos se aneguen y proliferen zonas pantanosas, esto debido a la escasa evaporación del agua por la poca intensidad de los rayos solares y por la dificultosa infiltración a través de los suelos.
Lo anterior se sucede en todas las extensiones de terreno con la condición de Clima de la Tundra por la presencia de una capa de suelo permanentemente helada en profundidad conocida como Permafrost.
La misma tiene un alcance de profundidad que igual o supera los 300 metros en su punto más alto. El mismo disminuye a medida que uno se aleja de la tundra, hasta tener un espesor menor y presentando discontinuidad, como ocurre en la taiga que se encuentra situada más hacia el sur.
En el verano se deshiela la capa superficial, más el resto del años (correspondiente al invierno), el mismo se encuentra totalmente helado. Dependerá del deshielo, que no supera el metro de profundidad en el mejor de los casos, el que las plantas puedan desarrollar raíces más profundas y así asegurar un crecimiento, estabilidad y resistencia adecuados para sobrevivir lo más posible en la estación invernal.
Es por las condiciones del suelo (Permafrost), el corto período de verano y las bajas temperaturas, que los árboles no pueden desarrollarse en dicho bioma. Más ello, termina siendo característica para identificar a este bioma conexo con el Clima de la Tundra.
Dónde se ubica el Clima de la Tundra
Como se comentó, este tipo de climas se extiende por las zonas circumpolares del planeta, más, en el Hemisferio Sur, en las zonas donde se supone se podría extender este bioma (entre los 60º y 70º de latitud sur), las mismas están ocupadas por el océano.
Solamente en las Islas Shetland del Sur y algunas costas de la Península Antártica, por encontrarse libres de hielo permanente, se exhiben comunidades símiles a la tundra del norte, salvo que su vegetación predominante es de líquenes y musgos, además de dos tipos de plantas endémicas de la Antártica que dan flores, la Cariofilácea Colobanthus crassifolius y la Gramínea Deschampsia antárctica. En este lugar no se da ningún mamífero terrestre.
A dichas regiones se les conoce como Clima de la Tundra Antártica, siendo de una extensión limitada, pero relevante para la suma total territorial global.
Se encuentran en el extremo sur de Sudamérica y se llaman Tierra de Fuego (Argentina), Islas Malvinas (zona en disputa entre Argentina e Inglaterra) Georgia del Sur (Sureste de las Islas Malvinas).
En las mismas existen comunidades desarboladas similares a la tundra del norte, aunque predomina el clima oceánico, cuyas características principales son: mayor flujo de precipitaciones anuales y temperaturas mucho más moderadas.
Con respecto al Hemisferio Norte, el Clima de la Tundra se extiende de manera tal que forma una franja continua que rodea casi por completo al Océano Ártico, lo que le hace ser uno de los biomas con una distribución zonal mucho más clara, siempre dependiendo de la latitud.
Esta se presenta en grandes extensiones terrenas del Norte de Alaska, en Canadá, en Siberia y Escandinavia, sumando a las Islas del Ártico. La excepción podría ser Groenlandia, ya que aquí el Clima de la Tundra predomina en las zonas costeras, al hallarse el interior ocupado por glaciares.
Este clima se encuentra mayoritariamente extendido por encima del Círculo Polar Ártico (66º de latitud norte), descendiendo bastante más al sur por la zona oriental del continente euroasiático (en la Península de Kamchatka) y por el continente norteamericano (en la Península del Labrador), ambas mucho más frías que las costas occidentales.
Hacia su límite sur, mismo que coincide en relativa proximidad con la isoterma de los 10ºC propia del verano de este tipo de clima, este contacta con el bioma del bosque de coníferas (taiga), lo que le gana la denominación de Tundra Ártica.
Este clima se encuentra presente en las altas montañas de otras latitudes del planeta, denominándosele Tundra Alpina, caracterizada por formaciones vegetales que muestran a árboles enanos, matorrales pequeños y de hoja pequeña y focos de praderas). Este bioma comparte muchas especies de plantas con la tundra ártica.
En las zonas alpinas no existen problemas de drenaje causados por el Permafrost y el período de crecimiento para las plantas es más largo, ya que el verano tiene más meses y las horas de sol a lo largo del año es más extenso y su intensidad puede lograr unos 15ºC (ha aumentado, presumiblemente, por efectos del cambio climático). Las temperaturas nocturnas suelen bajar de forma intempestiva a 0ºC.
La tundra alpina se encuentra en todas las latitudes del planeta que posean montañas con una altura lo suficientemente elevada que no permita el crecimiento de los árboles.
Las mayores extensiones se encuentran en el norte de las Montañas Rocosas (de Estados Unidos hasta México); en Los Andes (Sudamérica); en El Tíbet, El Himalaya, El Pamir; por igual se encuentra en las montañas del interior de Siberia y en el Cáucaso -en Asia-.
Está en Los Alpes Suizos y Los Pirineos (Europa) y en las montañas de Nueva Zelanda (Oceanía).
Algunas clasificaciones muestran a estos ecosistemas de las altas montañas agrupados en un bioma distinto al del Clima de la Tundra, denominado bioma Alpino.
El efecto de este tipo de climas en los suelos y vegetación
Las investigaciones aducen que éstas regiones estaban ocupadas aproximadamente hace unos 150 siglos atrás por los hielos provenientes de la última era glaciar o glaciación, y que el Clima de la Tundra podría haberse extendido más hacia el sur, por gran parte de Norteamérica y Eurasia; esto influyó para que el actual paisaje de este bioma presente un relieve altamente suavizado, al haber sido moldeado por los glaciares.
El hielo y deshielo estacionales determinaron a la meteorización y formación de suelos poligonales y deslizamientos por solifluxión; esto limitó su evolución de suelos, haciéndoles presentar una alteración química lenta provocada por las bajas temperaturas que acumulan eventualmente materia orgánica en las zonas húmedas que poseen más vegetación.
Esto precede a una transformación muy lenta que culmina transformándose en humus bruto de tipo turba, que brinda pobres nutrientes a los suelos, predominantemente congelados a profundidad.
Por ende, la vegetación del Clima de la Tundra es una sobreviviente por naturaleza, mucho muy fuerte entre tantas desventajas, porque debe surgir en un suelo empobrecido en nutrientes, de poca profundidad (gracias al Permafrost), bajas temperaturas y fortísimas ventiscas, la ausencia total de cobertura arbórea y un período de crecimiento bastante corto.
Plantas que destacan en el Clima de la Tundra
Las plantas, de muy baja altura gracias a su crecimiento tortuoso que no le permite extenderse y les obliga a ser enanas o rastreras con portes almohadillados, en forma de rosetas, se ven ellas mismas auto protegidas y favorecidas de que las yemas de crecimiento se encuentren resguardadas del viento y del frío, tanto a nivel del suelo como bajo el terreno.
La mayoría de las plantas, herbáceas y/o leñosas son perennes y poseen sistemas de reproducción asexual mediante rizomas, bulbos y estolones, que fungen por igual como órganos de reserva; esto, en el Clima de la Tundra tiene más éxito que la reproducción por semilla, porque se consolidan mucho antes de éstas que deben cumplir todo el proceso de germinación, crecimiento y producción de raíces, hojas flores y frutos antes del retorno del frío.
La flora es pobre en especies, existiendo en todas las extensiones con este clima un total cercano a las 400 especies de plantas con flores, destacando los arbustos leñosos de bajo porte como sauces, abedules y en especial los enebros enanos; se aprecian también las matas pequeñas y compactas de ericáceas herbáceas como las gramíneas, los juncos, ciperáceas y otras hierbas perennes.
Las plantas por excelencia y abundancia en el Clima de la Tundra son los musgos y los líquenes.
En las zonas más frías y secas, se encuentran los paisajes conocidos como Desiertos Árticos, cuya vegetación no sobrepasa los 5cm de altura y se conforman predominantemente por musgos, líquenes y sauces rastreros.
Las zonas de clima menos extremo que conforman a este bioma, poseen tipos de vegetación más variados, como diversos tipos de matorrales de tipo brezal, zonas encharcadas con musgos y ciperáceas, pedregales ricos en líquenes y musgos, praderas de gramíneas, abedules que se encuentran en los valles y las zonas cercanas al mar.
Toda la vegetación depende de su condición de adaptabilidad al drenaje del suelo, sea en las zonas más secas o en las más húmedas.
Dicha vegetación es siempre más escasa hacia las laderas y cimas que se encuentran expuestas al viento. En la dirección sur, se nota la aparición de árboles y éstos van demostrando paulatinamente una mayor altura (digamos que, relativa, porque es menor a la de las zonas boscosas con clima cálido).
Son típicos de esta zona los abedules con suelo cubierto de líquenes, que al final entran en contacto de manera abrupta con el bosque boreal de coníferas (Taiga).
Fauna en el Clima de la Tundra
La fauna existente está adaptad por demás al frío extenso e intenso de este tipo de clima, además de saber tomar provecho de los cortos veranos que se presentan en dicho bioma.
No existe tampoco una diversidad de especies que pueda destacarse como numerosa, más las existentes, son de grandes poblaciones (gracias a la poca presencia de depredadores y/o la capacidad de encontrar refugio imperceptible dentro de la nieve); además, dichas poblaciones animales resultan a su vez fluctuantes, como diversas especies de roedores y lemings.
Algunas especies viven allí todo el año, como los zorros, liebres, búhos árticos y otras especies son migratorias, yéndose hacia los bosques del sur a pasar el invierno, como es el caso de los caribús y las aves acuáticas.
Los invertebrados son por igual escasos en el Clima de la Tundra, existiendo pocas especies de mosquitos y moscas picadoras, pero que sí suelen proliferar enormemente y ser nocivas para el hombre y los animales mamíferos que más predominan y disfrutan de este clima: Los renos.
Estos animales procuran ocultarse durante el verano a manera de protección de dichos mosquitos y moscas que se crían en las zonas encharcadas, ya que la agresividad de dichos invertebrados los altera y les hace enloquecer, pudiendo hacerse mucho daño contra el suelo, chocando entre sí (la manada) o lanzarse a barrancos en el predio de su desespero.
El Oso Polar puede ser considerado el rey de este clima, gracias a su resistencia y pode para sobrevivir, en especial por encontrarse ya en la lista de animales en peligro, tanto por el cambio climático, las mejoras en la defensa de los animales que este consume y la mano del hombre con la contaminación petrolera y la caza indiscriminada.
Los animales marinos propios de este tipo de clima y que hace contacto directo o indirecto con tierra firme, son las focas, morsas y las ballenas belugas.